domingo, 31 de marzo de 2013

Dieta " mediterránea" o El círculo de la vida

Me ha parecido muy interesante este artículo publicado en la página facebook de Eduard Punset .

Autor: Eduard Punset 31 marzo 2013
Los estudios científicos más recientes dan toda la razón a los partidarios de la dieta llamada ‘mediterránea’. Resulta que los infartos de miocardio, los ictus y las muertes debidas a accidentes cardiovasculares disminuyen un 30 por ciento si se sigue esta dieta. ¿En qué consiste? Básicamente se trata de una dieta rica en aceite de oliva, nueces, garbanzos, pescado, frutas y legumbres.

Lo más sorprendente de todo es que se había previsto que la investigación durara muchos años, pero apenas iniciado el quinto año del experimento hubo que interrumpirlo porque había pruebas de sobra de lo que se buscaba. No parecía ético seguir investigando lo que, obviamente, ya resultaba evidente con las pruebas efectuadas.
He traído a colación, repetidas veces, el recuerdo que se me quedó grabado después de que en Boston (Estados Unidos) un gran nutrólogo me recordara la importancia del cuidado de la dieta para prolongar la vida. Hace diez años, la gente no se lo creía. Los científicos, en la web del New England Journal of Medicine, acaban de corroborarlo y pregonarlo a los cuatro vientos.
La dieta es, efectivamente, muy importante. Ahora se empieza a comprender lo que debiera llamarse el ‘círculo de la vida’. Los alimentos son la primera ‘píldora’ por donde todo empieza. Esa comida es fundamental a la hora de medir su impacto en el riego sanguíneo. Los siguen luego sus efectos sobre los órganos internos, como el hígado, o los externos, como la piel. Después vienen, lógicamente, la percepción que tienen los sentidos y los nervios de lo que se está comiendo. Y en función de esas percepciones se activan los mecanismos de decisión.
La-Boquería
Puesto de frutas en el mercado de La Boquería (imagen: “Web de La Boquería“).
En realidad, la ciencia está llamando la atención sobre el hecho, a menudo olvidado, de que son los movimientos, y no tanto los pensamientos, los que cuentan. Muy a menudo tenemos tendencia a confirmar que los movimientos del resto de los animales –el olfato de los perros o la guía magnética de las aves rapaces nocturnas– son dignos de admiración.
Y, sin embargo, no debe ni puede olvidarse que los humanos también prodigan movimientos casi milagrosos: los científicos llevan años intentando comprender los malabarismos de los bípedos para andar con dos piernas sin peder el equilibrio. ¿Ha intentado alguno de mis lectores repetir a solas los pasos concatenados, pisando una sola línea, de las modelos desfilando en un concurso de belleza? Los neurólogos utilizan una prueba idéntica para comprobar el estado de salud de pacientes con inicios de alzhéimer.
¿Se han fijado, si no, en el movimiento vertiginoso de los dedos de la joven pianista interpretando la música de Beethoven o de Lady Gaga? Se tiende a olvidar que la concentración y repetición de los ejercicios musicales puede llegar a transformar milagrosamente el movimiento de las manos.
En la base de un cuerpo bello, de una modelo rítmica o de una pianista prodigiosa se pueden identificar movimientos sin fin, en su origen primarios, pero que, al igual que una buena dieta, alargan la vida. La salud física es fundamental y puede depender de cosas tan asequibles como una buena dieta: no hace falta complicarse la vida hurgando soluciones en la medicina de las enfermedades en lugar de en la medicina de la salud. Simultáneamente se está descubriendo que la salud física es un requisito indispensable para la salud mental. ¿Les parecen pocas razones para intercambiar el pesimismo imperante por el optimismo esperado?
Con toda seguridad existen maneras más complicadas para ser feliz que las de empezar alargando la vida mediante una buena dieta o de curar los desvaríos mentales gracias a una mejor salud física. ¿Por qué arrinconarlas sin ton ni son?

Fuente: Blog de Eduard Punset

viernes, 29 de marzo de 2013

Torrijas en almíbar de miel y anís



 La primeras referencias históricas de la torrija o torreja se remontan al siglo XV, "miel y muchos huevos para hacer torrejas", cita de Juan de la Encina, como plato indicado en la recuperación de las parturientas.
Según parece nació en los conventos, por la necesidad de aprovechamiento del pan sobrante. Dado su aporte de energía, su fácil elaboración y su poco coste, rápidamente se popularizó  y durante el tiempo de Cuaresma, en el que estaba prohibido comer carne, su consumo se hizo habitual.

Hoy en día encontramos en las pastelerías todo tipo de elaboraciones de torrijas, desde las más tradicionales hasta las más innovadoras, pero en mi casa me siguen pidiendo la torrija tradicional, con leche, almíbar o vino dulce.

El toque de anís en el almíbar se lo vi a Chelo del blog Cogollos de Agua y después me lo recordó Bego de La cocina de Samira



INGREDIENTES:

  • 1 barra de pan especial para torrijas
  • 1 Lt de leche entera
  • la piel de un limón
  • 2 palitos de canela en rama
  • 3 o 4 cucharadas de azúcar
  • 1/2 Lt de aceite de oliva suave o de girasol
  • 3 huevos
Para el almíbar:
  • 150 ml de miel (he utilizado de azahar)
  • 150 ml de agua
  • 150 ml de anís
 



 ELABORACIÓN:

Llevamos al fuego una cacerola con la leche, la canela en rama, la piel del limón ( sin nada de la parte blanca) y el azúcar. Dejamos que hierva. Retiramos del fuego y reservamos hasta que esté templada.

Cortamos el pan en rebanadas de un dedo de grosor.

Ponemos el aceite a calentar

Colamos la leche y la vertemos en una fuente amplia. Sumergimos las rebanadas de pan en ella, dándoles la vuelta para que queden bien empapadas. Las dejamos escurrir sobre una rejilla.

Batimos los huevos y rebozamos las rebanadas de pan. Las freímos en abundante aceite caliente, a fuego medio alto (TRUCO: Los rebozados suelen hacer mucha espuma al freírlos, para evitar que eso suceda añado dos palillos de madera en el aceite mientras frío las torrijas, de este modo apenas se forma espuma)

Cuando estén doradas por ambas caras, las depositamos sobre papel absorbente y de ahí las pasamos a una fuente.

Hacemos el almíbar:

 Llevamos una cacerola al fuego con la miel, el anís y el agua, hasta que hierva y espese un poco. Dejamos enfriar y o bien rociamos las torrijas con este almíbar o bien las servimos en una salsera para que cada uno se sirva a su gusto.

No dejéis de probarlas, porque están buenísimas, cremosas, dulces, aromáticas... ¡¡¡ Deliciosas !!!





En el blog también podéis encontrar las torrijas de chocolate y canela que hice el pasado año y las de leche 


domingo, 24 de marzo de 2013

Bacalao a la llauna

 


Quienes tenemos unos años, recordamos cuan diferente era la época de Cuaresma de nuestra niñez a la actual. ¿Recordáis lo que por entonces veíamos en una única televisión en blanco y negro? Películas sobre la pasión de Cristo y las interminables procesiones.  Los cines permanecían cerrados, la única música que se escuchaba en la radio era clásica o religiosa (imposible poner el tocadiscos o el cassete con tu música) Los viernes no se podía comer carne, por lo que los ingredientes con más presencia durante la Cuaresma eran las legumbres, los pescados, sobre todo el bacalao y las verduras, en los potajes, que venían a sustituir al compango o sacramentos (morcilla, chorizo...). Menos mal que los postres (torrijas, pestiños, monas de Pascua...) nos endulzaban un poco esos días tan tristones de nuestra infancia.

Precisamente el bacalao, gracias a su conservación en salazón, ha sido tradicionalmente en España un ingrediente fundamental en la cocina de Cuaresma : buñuelos, croquetas, con tomate, al pipil, rebozado, en potaje... son platos que encontramos en estas fechas. Y gracias a su gran aporte de proteínas, resultaba muy interesante desde el punto de vista nutricional, para equilibrar el menor consumo de carne.

A pesar de que es un pescado que en mi casa consumimos de forma muy habitual, en estas fechas parece casi obligado subir al blog una receta de bacalao.

El bacalao a la llauna es una receta típica de la gastronomía popular catalana. Un plato riquísimo, a pesar de su sencillez. El nombre se lo debe al recipiente donde se cocina  "la llauna"


INGREDIENTES:

  • 1Kg de bacalao desalado
  • 4 dientes de ajo
  • 1 cucharada de pimentón dulce (de la Vera)
  • 1 vaso de vino blanco
  • aceite de oliva virgen extra
  • perejil
  • harina
  • sal

 


ELABORACIÓN:

Una vez desalados los lomos de bacalao, los secamos bien con papel de cocina y los enharinamos ligeramente.

Ponemos un par de dedos de aceite en una sartén y los vamos friendo. Los pasamos a una fuente de horno.

Retiramos gran parte del aceite y en el resto doramos ligeramente dos de los cuatro  dientes de ajo laminados. Cuando comiencen a dorarse, retiramos la sartén del fuego y añadimos el pimentón y seguidamente el vaso de vino blanco (cuanto mejor sea este, así como el pimentón , el plato ganará en sabor), de este modo evitaremos que el pimentón se queme y nos arruine el plato. Salamos. Ponemos de nuevo al fuego y dejamos que hierva unos minutos.

Vertemos el contenido de la sartén sobre los lomos de bacalao, ponemos por encima los otros dos ajos laminados e introducimos al horno unos minutos en función grill.

Cuando saquemos la bandeja del horno le espolvoreamos con abundante perejil picado.




Me encanta la textura y el sabor del bacalao; me parece uno de los pescados más sabrosos. Aprovechando que tanto en nuestra gastronomía, como en la de otros países, hay una gran variedad de recetas de este pescado y dado que a mi familia también les gusta mucho, a menudo pruebo con diferentes elaboraciones y no me extraña nada que este bacalao a la llauna tenga tan buenas críticas, porque está buenísimo. Si me permitís un consejo, es que tanto el bacalao, como el pimentón y el vino sean de calidad, porque la receta gana mucho.



¿Sois de los afortunados en tomar vacaciones ? Os deseo que lo paséis genial, que el tiempo os sea favorable y podáis disfrutar de todas las actividades que tenéis previstas, que comáis rico, rico  y que a la vuelta nos reencontremos todos.
Si os quedáis en casa, seguro que también vais a disfrutar de unos días de descanso y relax, que siempre vienen bien. Sed felices. ; D



lunes, 18 de marzo de 2013

Tarta corazones con frosting de mascarpone

 

Llevo ya unos cuantos años compartiendo las tartas de cumpleaños de mi familia con los seguidores del blog. Empecé con la tarta tres chocolates para  María. De ella también compartí  la de marditos roedores,  la de piruletas  y hoy de nuevo os muestro la última que degustamos ayer mismo, aunque su cumple fue el día 14. ¿Os gusta? A ella, le encantó, igual que al resto de invitados y no solo por la presencia, sencilla y vistosa, también por lo riquísima que estaba con el frosting de mascarpone, cremoso y con un sabor muy rico.

 ¡Deliciosa!




Me decidí por preparar un bizcocho genovés, ideal para tartas rellenas. Un bizcocho sin  grasas ni levadura , muy tierno y esponjoso. Además sube tanto que se pueden hacer tres cortes.

Esta misma preparación sirve para hacer brazo gitano o bizcochos de soletilla.


INGREDIENTES DEL BIZCOCHO GENOVÉS: 

Para un molde de 24cm

La proporción de este bizcocho es la siguiente: 1huevo / 30 gr de harina/ 30 gr de azúcar  con esta simple proporción podréis adaptar las cantidades a vuestro molde.
  • 8 huevos
  • 240 gr de harina de repostería
  • 240 gr de azúcar
  • una pizca de sal
  • aroma de vainilla
INGREDIENTES DEL FROSTING DE QUESO:
  • 250 gr de queso mascarpone
  • 250 gr de queso cremoso blanco
  • 150 gr de azúcar glass
  • 600 ml de nata 35% M.G.
  • colorante
  • adornos de azúcar 
INGREDIENTES PARA EL ALMÍBAR:
  • 100 gr de azúcar
  • 100 gr de agua
  • 2 cucharadas soperas de licor o ron


 


ELABORACIÓN DEL BIZCOCHO GENOVÉS: 

Precalentamos el horno a 180º, con calor arriba/abajo

Encamisamos el molde: Lo untamos con mantequilla y lo espolvoreamos con harina. A mi me gusta poner un papel de hornear en la base, del mismo diámetro que el molde.

Llevamos al fuego una cacerola con agua, hasta que alcance los 40º (si no tenéis termómetro, poneros unas gotitas de agua en los labios y no tenéis que notar ni frío ni calor)

En un bol ponemos los huevos con el azúcar y lo introducimos en la cacerola con el agua templada. Con ayuda de unas varillas eléctricas montamos los huevos con el azúcar al baño María, cuando estén casi montados añadimos aroma y seguimos batiendo hasta que tripliquen el volumen y adquieran el "punto lápiz"; esto es, que podamos escribir un círculo, por ejemplo, y este permanezca.

Retiramos el bol de la cacerola con el agua y poco a poco, y con movimientos envolventes , vamos cerniendo la harina, a la que habremos añadido una pizca de sal. Es importante que este paso lo hagamos con mucho cuidado, porque este bizcocho no lleva levadura y ese aireado que le hemos dado a los huevos al batirlos es lo que hará que nuestro bizcocho crezca.

Volcamos la mezcla sobre el molde y con una espátula o similar, homogeneizamos la superficie. Lo llevamos al horno, a 180º con calor arriba y abajo (yo también le puse la función aire) , hasta que veamos que la superficie se dora y el bizcocho se desprende ligeramente de las paredes del molde. En mi horno, el tiempo de horneado fue de 20 minutos.

Dejamos reposar 5 minutos dentro del horno apagado y con la puerta abierta (para evitar el choque brusco de temperaturas y que no se nos baje mucho, aunque baja un poquito) y desmoldamos cuando esté frío.

Lo envolvemos en una bolsa de plástico y lo dejamos en la nevera, para ser utilizado al día siguiente.



ELABORACIÓN DEL ALMÍBAR:

Llevamos al fuego una cacerola con agua y azúcar, hacemos que hierva hasta que espese un poco.
Añadimos las cucharadas de ron o licor y dejamos que evapore el alcohol. Retiramos del fuego y dejamos templar.


ELABORACIÓN DEL FROSTING DE QUESO:

Montamos la nata. Para que nos monte bien, recordad que ha de estar muy fría. Si montamos la nata en exceso nos podemos encontrar con mantequilla, por eso hay que parar cuando empieza a hacer picos.

Vertemos en un bol el queso mascarpone, el queso cremoso y el azúcar glas. Batimos con unas varillas eléctricas (con las de montar, no con las cuchillas)

 Retiramos una parte, la suficiente para el relleno del bizcocho, y le añadimos unas gotitas de colorante (mejor quedarnos cortos de principio y luego añadir más hasta conseguir el tono deseado) y mezclamos bien, hasta homogeneizar la mezcla.



 




MONTAJE DE LA TARTA:

Cortamos el bizcocho en tres discos. Al cortarlo, poner un palillo en cada disco, de manera que coincidan los tres y a la hora de volver a montarlos, hemos de hacer que vuelvan a coincidir.

Calamos los discos de bizcocho con el almíbar.

Añadimos el frosting de queso rosa y montamos el siguiente disco sin presionar.

Con ayuda de una espátula cubrimos la tarta con el frosting blanco (adornarla a vuestro gusto, yo quería que tuviese este aspecto informal)
Salpicamos con los adornos de azúcar elegidos.

Refrigeramos hasta la hora de servir.



En estas fotos podéis apreciar el corte de la tarta y el color que le dí al frosting de queso con unas gotitas de colorante. Un bonito contraste.



Aprovecho la entrada de hoy para felicitar a todos los papás seguidores del blog, así como a los Pepes, Pepitas, Joses, Josefas y  Marijoses. ¡Felicidades!



domingo, 10 de marzo de 2013

Natillas de fresas





 En la red siempre encuentro recetas sorprendentes. Unas veces, la verdad, pienso que ni se me ocurriría hacer algo así, porque hay mezclas muy raras y otras que ya solo la presencia echan para atrás (las menos). Si me gusta, me arriesgo y aunque no siempre el resultado es el esperado, lo que se dice tener que tirar algo a la basura por fracaso total aún no me ha sucedido.
 Hay recetas que me encandilan de tal manera que hasta que no las hago no paro. Eso fue lo que me sucedió con este postre. Por un lado, me encantan las natillas y las fresas. El aspecto de la receta, inmejorable.  Y como se daba el caso de que tenía todos los ingredientes (vale, eran facilones, sobre todo en temporada de fresas) no pude (ni quise) contenerme. Además contribuyo mucho el echo de que Alicia del blog Canecositas (lo conocéis ¿verdad?),  la inventora de estas natillas, las vendiera tan bien y con tanta gracia. 

Ahora os las vendo yo : D  Son unas natillas riquísimas, suaves, cremosas, con mucho sabor... vamos que te quedas con ganas de ir a por más ... y si se terminan, volver a hacerlas.

Yo que vosotr@s no me las perdería ; D



INGREDIENTES:

  • 250 gr de fresas
  • 100 gr de azúcar
  • 500 gr de leche 
  • 3 huevos (a temperatura ambiente)
  • 10 gr de Maizena ( 2 cucharadas de postre)

 


ELABORACIÓN:

Lavamos las fresas con las hojas. Le quitamos las hojitas y trituramos las fresas en un robot de cocina, hasta que nos quede un puré fino. Con ayuda de un colador colamos el puré, para que las natillas nos queden más finas y evitar las pepitas. Reservamos.

Batimos los huevos con el azúcar y la maizena. Reservamos.

Calentamos la leche, hasta que empiece a hervir. Retiramos del fuego y vertemos el puré de fresas. Mezclamos bien para que se integre la mezcla. Dejamos templar.

Añadimos dos cucharadas de la leche tibia, con el puré de fresas, a la mezcla de huevos, azúcar y maizena y removemos bien (de este modo el huevo no cuajará). Y poco a poco y sin dejar de batir, vertemos el resto de la leche con el puré de fresas sobre la mezcla de huevos, azúcar y maizena. Y la ponemos a  fuego bajo, removiendo constantemente hasta que empiece a espesar.

Repartimos en los cuencos y cuando estén templadas, las introducimos en el frigorífico hasta que terminen de enfriar.

Decoramos. En mi caso, con una fresa fresca y  chocolate negro rallado por encima.




 

 Notas: 

La receta original está hecha con Thermomix, si queréis hacerla en ella, pinchar en el enlace y os mostrará su receta.
Si no tenéis la maquinita, comprobaréis que quedan perfectas al modo tradicional.

Si echamos la leche demasiado caliente sobre los huevos, corremos el riesgo que se nos queden como cuajada (me sucedió) Batí bien la mezcla con las varillas eléctricas y arreglado. Por eso os recomiendo que dejéis templar la leche.



 

¡Feliz comienzo de semana !



 Fuente: Recetario Canecositas


 

martes, 5 de marzo de 2013

Solomillo de cerdo a la provenzal

 


Si os gusta el solomillo no podéis perderos esta receta, está increíblemente rico. Condimentar la carne con el pimentón, la mostaza y la pimienta le aporta mucho sabor, recubrirla con el beicón hace que mantenga todos sus jugos y el acompañamiento de verduras es sencillamente perfecto. En una satisfacción escuchar  "que rico está esto" mientras se lo comen hasta no dejar ni la muestra : D

Ya sabéis, si queréis triunfar, os aconsejo que anotéis la receta y en la primera ocasión, no dudéis hacerla.


 



INGREDIENTES: 

  •  2 solomillos de cerdo
  • 4 alcachofas
  • 1 cebolla
  • 200 gr de guisantes (o habas)
  • 2 tomates
  • aceite de oliva
  • 2 dientes de ajo
  • 8 lonchas finas de beicon
  • 2 cdas de mostaza
  • 1 vaso de vino blanco
  • 1 cda de azúcar
  • tomillo
  • 1 cda de pimentón de la Vera
  • 1 cda de pan rallado
  • sal
  • pimienta
  • 1 vaso de agua

 



 ELABORACIÓN:

Salpimentamos la carne y la condimentamos con el pimentón. La untamos con la mostaza y la espolvoreamos con el pan rallado.
La envolvemos con el beicón y lo sujetamos con hilo de cocina.

Calentamos tres cucharadas de aceite en una cazuela y doramos los solomillos. Retiramos y reservamos.

Rehogamos en el mismo aceite la cebolla pelada y picada; cuando empiece a tomar color, añadimos los dientes de ajo pelados y picados. Cuando comiencen a dorar agregamos los tomates rallados y el azúcar. Salpimentamos y rehogamos unos diez minutos más.

Limpiamos las alcachofas y nos quedamos con el centro, las cortamos en cuartos y las incorporamos junto con la carne.Vertemos el vino, subimos el fuego y dejamos que evapore el alcohol. Agregamos un vaso de agua, tapamos y dejamos cocer 40 minutos.
Añadimos los guisantes (o las habas) y unas hojas de tomillo fresco 10 minutos antes de acabar la cocción.

Quitamos el hilo de cocina y loncheamos. Servimos la carne acompañada de las verduras.




Fuente: Revista Lecturas invierno