San Jacobos de calabacín

A pocos niños les gustan las verduras, sobre todo las de color verde: acelgas, judías, espinacas, alcachofas, etc. Según un estudio científico presentado en el Congreso de la Asociación Química Americana rechazar estos alimentos amargos sería un mecanismo biológico de defensa.

Parece ser que nuestro paladar tiene 27 receptores para los sabores amargos y solo 3 para lo dulce, desde los tiempos prehistóricos este inteligente mecanismo protegía a los seres humanos de consumir alimentos venenosos.

El sentido del gusto de los niños rechaza el sabor amargo, porque la mayoría de los venenos tienen este sabor; en cambio asocia lo dulce a la satisfacción y al placer, seguramente recordatorio de la leche materna.

Y aunque no hay que desesperar porque este mecanismo de defensa, por fortuna no es permanente y con el tiempo van admitiendo otros sabores; tampoco hay que esperar a que sean adultos para que las coman con gusto.

Hay que intentar educarles poco a poco el paladar, sin forzarles , porque les prodría provocar rechazo; tal vez la clave esté en presentarles las verdura de forma atractiva y con otros alimentos que sí les gusten, para que poco a poco vayan incorporando el sabor.

Estos S. Jacobos de calabacín son una manera atractiva de darles de comer esta verdura, que otro día podria ser cambiada por berenjena.


Necesité:

* 1 calabacín grande o 2 calabacines más pequeños.
* 8 lonchas de jamón de York o serrano o fiambre de pavo
* 8 lonchas de queso tierno
* aceite de oliva.
* Sal.
* salsa de tomate casera (opcional)

Así lo hice:

- Lavamos bien los calabacines, ya que vamos a utilizarlos con su piel
- Con ayuda de una mandolina o de un cuchillo bien afilado cortamos los calabacines en láminas longitudinales, ni muy gruesas ni demasiado finas
- Los salamos
- Ponemos un poquito de aceite de oliva en una sartén y salteamos las lonchas de calabacín, dejandolas "al dente"
- Sobre cada lámina de calabacín, colocamos otra lámina del mismo tamaño de queso y otra de jamón york, jamón serrano o pavo(según nos apetezca), otra de queso y cerramos con otra de calabacín
- Pasamos este emparedado por harina, huevo batido y pan rallado y freímos en una sartén con abundante aceite caliente.
-Una vez dorados por ambos lados sacamos una bandeja con papel de cocina para que elimine el exceso de aceite.
- Podemos acompañarlos de una salsa de tomate casera, aunque estos preferí acompañarlos de unos tomatitos.