lunes, 14 de octubre de 2013

Ricciarelle con tomates y anchoas



Por su forma y tamaño, hay pastas que casan mejor si se acompañan con una salsa que se adapte a ellas y potencie su sabor. De este modo: Para las pastas largas (tallarines, espaguetis, cintas): salsa de tomate o apenas especiada (napolitana), salteados de marisco (fruti di mare), salsa alioglio (ajo y aceite), carbonara ligera con nata y huevo ,o salsa pesto. Para las pastas tubulares (macarrones, plumas): opciones más contundentes, como salsa boloñesa, salsa carbonara con tocineta, salsa funghi, salteados con tocineta, bacón o salchichas con salsa de tomate o con bechamel. Para las formas grandes (conchas, regatones): potajes como la escudilla o salsa con verduras. También se pueden rellenar con foie o con setas y luego servir con una sala ligera o como guarnición. Para las formas pequeñas (fideos, estrellas): lo mejor es elaborar con ellas sopas, caldos y fideua.

Ver más en: http://www.20minutos.es/noticia/1753269/0/pasta/mitos/engorda/#xtor=AD-15&xts=467263
La pasta es uno de los alimentos preferidos de mayores y pequeños en España (y medio mundo). Puede encontrarse en cualquier restaurante y es muy fácil de preparar en casa. Y como ocurre cuando algo es tan popular, se trata de un alimento lleno de mitos y leyendas nutricionales que desde Consumer se encargan de aclarar. ¿La pasta engorda? Buena parte de la población cree que la pasta engorda. Nada más lejos de la realidad. El más reciente consenso de prevención y tratamiento de la obesidad, firmado por once sociedades españolas de nutrición, revisó a fondo esta cuestión y llegó a la conclusión de que las dietas con mayor contenido de carbohidratos complejos (como los contenidos en la pasta) se asocian con un menor peso corporal. Es más, aconseja incluir una importante presencia de carbohidratos para prevenir la obesidad. El contenido de carbohidratos complejos en la pasta seca asciende a casi el 75% de su peso, de ahí su importancia en toda dieta sana, sobre todo si se trata de pasta integral. ¿Es mejor comerla a mediodía o para cenar? Es fácil encontrar información que señala que los carbohidratos ingeridos por la noche aumentan la ganancia de peso, pero se trata de una creencia sin sostén científico. Ninguna guía dietética de referencia hace alusión (por falta de plausibilidad argumental) al momento en que debe ingerirse un alimento. ¿Cuál es el modo correcto de cocer la pasta? La cocción de la pasta es un detalle al que, en ocasiones, no se le presta la atención necesaria. Para asegurarse de hacerlo bien, conviene seguir siempre las indicaciones del fabricante. Y es que el modo en el que se cocine la pasta influye en que esta sea fuente de energía lenta o todo lo contrario, que se convierta en un alimento rico en azúcares de fácil y rápida asimilación. Esto último explica que al poco tiempo de su consumo se vuelva a tener hambre. Para que la pasta sea una fuente excelente de hidratos de carbono complejos de absorción lenta ha de quedar cocida "al dente", es decir, cocida por fuera y semicruda en su interior. El modo apropiado de cocer la pasta es calentar un litro de agua con un chorrito de aceite por cada 100 gramos de pasta. En cuanto rompe a hervir el agua, se añade un puñado de sal y la pasta. Después se remueve de vez en cuando para lograr que quede suelta. Para saber si ha alcanzado este punto, se puede sacar de la cazuela un macarrón o un espagueti, partirlo por la mitad y comprobar si el interior queda algo cruda (de color diferente). En ese momento se retira del fuego y se escurre. ¿Es malo cocerla mucho? Hervir mucho la pasta hace que sus nutrientes se diluyan (por su mayor retención de agua). Por otra parte, una cocción más prolongada hace que sea más digerible (algo muy interesante para las pastas integrales en personas no habituadas a tomar mucha fibra) y existe la preocupación de que ello pueda generar más obesidad, debido a la mayor rapidez de absorción de sus carbohidratos. No obstante, el consenso de obesidad antes detallado señaló que no existen evidencias que permitan afirmar que la carga glucémica de la dieta se asocie a un incremento del peso corporal en adultos. Otras dudas a la hora de cocinarla La forma de la pasta, ¿es sólo cuestión de estética? La forma de la pasta no es casual: en función de ella, se presta mejor a unas u otras preparaciones y rinde más en cada una de ellas. Las de menor tamaño (fideos, lluvia, estrellitas...) se utilizan, por lo general, en sopas. Las cintas largas (espagueti o tallarines) o las hebras dan mejor resultado con salsas cremosas. La pasta tubular (macarrones, plumas...) gracias a su hueco interior almacena la salsa con la que se condimenta y "despierta" los paladares más exigentes. Las formas más extravagantes es mejor utilizarlas para ensaladas de pasta. Algunas de las formas son lo bastante grandes (conchas o gigantones) como para ser rellenadas y horneadas. Cuantas más curvas y más recovecos tenga la pasta, mejor combinará con preparaciones que incorporen trozos de carne, pescado o verduras. ¿Qué salsas van mejor con cada tipo de pasta? Por su forma y tamaño, hay pastas que casan mejor si se acompañan con una salsa que se adapte a ellas y potencie su sabor. De este modo: Para las pastas largas (tallarines, espaguetis, cintas): salsa de tomate o apenas especiada (napolitana), salteados de marisco (fruti di mare), salsa alioglio (ajo y aceite), carbonara ligera con nata y huevo ,o salsa pesto. Para las pastas tubulares (macarrones, plumas): opciones más contundentes, como salsa boloñesa, salsa carbonara con tocineta, salsa funghi, salteados con tocineta, bacón o salchichas con salsa de tomate o con bechamel. Para las formas grandes (conchas, regatones): potajes como la escudilla o salsa con verduras. También se pueden rellenar con foie o con setas y luego servir con una sala ligera o como guarnición. Para las formas pequeñas (fideos, estrellas): lo mejor es elaborar con ellas sopas, caldos y fideua.

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La pasta es uno de los alimentos preferidos de mayores y pequeños en España (y medio mundo). Puede encontrarse en cualquier restaurante y es muy fácil de preparar en casa. Y como ocurre cuando algo es tan popular, se trata de un alimento lleno de mitos y leyendas nutricionales que desde Consumer se encargan de aclarar. ¿La pasta engorda? Buena parte de la población cree que la pasta engorda. Nada más lejos de la realidad. El más reciente consenso de prevención y tratamiento de la obesidad, firmado por once sociedades españolas de nutrición, revisó a fondo esta cuestión y llegó a la conclusión de que las dietas con mayor contenido de carbohidratos complejos (como los contenidos en la pasta) se asocian con un menor peso corporal. Es más, aconseja incluir una importante presencia de carbohidratos para prevenir la obesidad. El contenido de carbohidratos complejos en la pasta seca asciende a casi el 75% de su peso, de ahí su importancia en toda dieta sana, sobre todo si se trata de pasta integral. ¿Es mejor comerla a mediodía o para cenar? Es fácil encontrar información que señala que los carbohidratos ingeridos por la noche aumentan la ganancia de peso, pero se trata de una creencia sin sostén científico. Ninguna guía dietética de referencia hace alusión (por falta de plausibilidad argumental) al momento en que debe ingerirse un alimento. ¿Cuál es el modo correcto de cocer la pasta? La cocción de la pasta es un detalle al que, en ocasiones, no se le presta la atención necesaria. Para asegurarse de hacerlo bien, conviene seguir siempre las indicaciones del fabricante. Y es que el modo en el que se cocine la pasta influye en que esta sea fuente de energía lenta o todo lo contrario, que se convierta en un alimento rico en azúcares de fácil y rápida asimilación. Esto último explica que al poco tiempo de su consumo se vuelva a tener hambre. Para que la pasta sea una fuente excelente de hidratos de carbono complejos de absorción lenta ha de quedar cocida "al dente", es decir, cocida por fuera y semicruda en su interior. El modo apropiado de cocer la pasta es calentar un litro de agua con un chorrito de aceite por cada 100 gramos de pasta. En cuanto rompe a hervir el agua, se añade un puñado de sal y la pasta. Después se remueve de vez en cuando para lograr que quede suelta. Para saber si ha alcanzado este punto, se puede sacar de la cazuela un macarrón o un espagueti, partirlo por la mitad y comprobar si el interior queda algo cruda (de color diferente). En ese momento se retira del fuego y se escurre. ¿Es malo cocerla mucho? Hervir mucho la pasta hace que sus nutrientes se diluyan (por su mayor retención de agua). Por otra parte, una cocción más prolongada hace que sea más digerible (algo muy interesante para las pastas integrales en personas no habituadas a tomar mucha fibra) y existe la preocupación de que ello pueda generar más obesidad, debido a la mayor rapidez de absorción de sus carbohidratos. No obstante, el consenso de obesidad antes detallado señaló que no existen evidencias que permitan afirmar que la carga glucémica de la dieta se asocie a un incremento del peso corporal en adultos. Otras dudas a la hora de cocinarla La forma de la pasta, ¿es sólo cuestión de estética? La forma de la pasta no es casual: en función de ella, se presta mejor a unas u otras preparaciones y rinde más en cada una de ellas. Las de menor tamaño (fideos, lluvia, estrellitas...) se utilizan, por lo general, en sopas. Las cintas largas (espagueti o tallarines) o las hebras dan mejor resultado con salsas cremosas. La pasta tubular (macarrones, plumas...) gracias a su hueco interior almacena la salsa con la que se condimenta y "despierta" los paladares más exigentes. Las formas más extravagantes es mejor utilizarlas para ensaladas de pasta. Algunas de las formas son lo bastante grandes (conchas o gigantones) como para ser rellenadas y horneadas. Cuantas más curvas y más recovecos tenga la pasta, mejor combinará con preparaciones que incorporen trozos de carne, pescado o verduras. ¿Qué salsas van mejor con cada tipo de pasta? Por su forma y tamaño, hay pastas que casan mejor si se acompañan con una salsa que se adapte a ellas y potencie su sabor. De este modo: Para las pastas largas (tallarines, espaguetis, cintas): salsa de tomate o apenas especiada (napolitana), salteados de marisco (fruti di mare), salsa alioglio (ajo y aceite), carbonara ligera con nata y huevo ,o salsa pesto. Para las pastas tubulares (macarrones, plumas): opciones más contundentes, como salsa boloñesa, salsa carbonara con tocineta, salsa funghi, salteados con tocineta, bacón o salchichas con salsa de tomate o con bechamel. Para las formas grandes (conchas, regatones): potajes como la escudilla o salsa con verduras. También se pueden rellenar con foie o con setas y luego servir con una sala ligera o como guarnición. Para las formas pequeñas (fideos, estrellas): lo mejor es elaborar con ellas sopas, caldos y fideua.

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La pasta es uno de los alimentos preferidos de mayores y pequeños en España (y medio mundo). Puede encontrarse en cualquier restaurante y es muy fácil de preparar en casa. Y como ocurre cuando algo es tan popular, se trata de un alimento lleno de mitos y leyendas nutricionales que desde Consumer se encargan de aclarar. ¿La pasta engorda? Buena parte de la población cree que la pasta engorda. Nada más lejos de la realidad. El más reciente consenso de prevención y tratamiento de la obesidad, firmado por once sociedades españolas de nutrición, revisó a fondo esta cuestión y llegó a la conclusión de que las dietas con mayor contenido de carbohidratos complejos (como los contenidos en la pasta) se asocian con un menor peso corporal. Es más, aconseja incluir una importante presencia de carbohidratos para prevenir la obesidad. El contenido de carbohidratos complejos en la pasta seca asciende a casi el 75% de su peso, de ahí su importancia en toda dieta sana, sobre todo si se trata de pasta integral. ¿Es mejor comerla a mediodía o para cenar? Es fácil encontrar información que señala que los carbohidratos ingeridos por la noche aumentan la ganancia de peso, pero se trata de una creencia sin sostén científico. Ninguna guía dietética de referencia hace alusión (por falta de plausibilidad argumental) al momento en que debe ingerirse un alimento. ¿Cuál es el modo correcto de cocer la pasta? La cocción de la pasta es un detalle al que, en ocasiones, no se le presta la atención necesaria. Para asegurarse de hacerlo bien, conviene seguir siempre las indicaciones del fabricante. Y es que el modo en el que se cocine la pasta influye en que esta sea fuente de energía lenta o todo lo contrario, que se convierta en un alimento rico en azúcares de fácil y rápida asimilación. Esto último explica que al poco tiempo de su consumo se vuelva a tener hambre. Para que la pasta sea una fuente excelente de hidratos de carbono complejos de absorción lenta ha de quedar cocida "al dente", es decir, cocida por fuera y semicruda en su interior. El modo apropiado de cocer la pasta es calentar un litro de agua con un chorrito de aceite por cada 100 gramos de pasta. En cuanto rompe a hervir el agua, se añade un puñado de sal y la pasta. Después se remueve de vez en cuando para lograr que quede suelta. Para saber si ha alcanzado este punto, se puede sacar de la cazuela un macarrón o un espagueti, partirlo por la mitad y comprobar si el interior queda algo cruda (de color diferente). En ese momento se retira del fuego y se escurre. ¿Es malo cocerla mucho? Hervir mucho la pasta hace que sus nutrientes se diluyan (por su mayor retención de agua). Por otra parte, una cocción más prolongada hace que sea más digerible (algo muy interesante para las pastas integrales en personas no habituadas a tomar mucha fibra) y existe la preocupación de que ello pueda generar más obesidad, debido a la mayor rapidez de absorción de sus carbohidratos. No obstante, el consenso de obesidad antes detallado señaló que no existen evidencias que permitan afirmar que la carga glucémica de la dieta se asocie a un incremento del peso corporal en adultos. Otras dudas a la hora de cocinarla La forma de la pasta, ¿es sólo cuestión de estética? La forma de la pasta no es casual: en función de ella, se presta mejor a unas u otras preparaciones y rinde más en cada una de ellas. Las de menor tamaño (fideos, lluvia, estrellitas...) se utilizan, por lo general, en sopas. Las cintas largas (espagueti o tallarines) o las hebras dan mejor resultado con salsas cremosas. La pasta tubular (macarrones, plumas...) gracias a su hueco interior almacena la salsa con la que se condimenta y "despierta" los paladares más exigentes. Las formas más extravagantes es mejor utilizarlas para ensaladas de pasta. Algunas de las formas son lo bastante grandes (conchas o gigantones) como para ser rellenadas y horneadas. Cuantas más curvas y más recovecos tenga la pasta, mejor combinará con preparaciones que incorporen trozos de carne, pescado o verduras. ¿Qué salsas van mejor con cada tipo de pasta? Por su forma y tamaño, hay pastas que casan mejor si se acompañan con una salsa que se adapte a ellas y potencie su sabor. De este modo: Para las pastas largas (tallarines, espaguetis, cintas): salsa de tomate o apenas especiada (napolitana), salteados de marisco (fruti di mare), salsa alioglio (ajo y aceite), carbonara ligera con nata y huevo ,o salsa pesto. Para las pastas tubulares (macarrones, plumas): opciones más contundentes, como salsa boloñesa, salsa carbonara con tocineta, salsa funghi, salteados con tocineta, bacón o salchichas con salsa de tomate o con bechamel. Para las formas grandes (conchas, regatones): potajes como la escudilla o salsa con verduras. También se pueden rellenar con foie o con setas y luego servir con una sala ligera o como guarnición. Para las formas pequeñas (fideos, estrellas): lo mejor es elaborar

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A la hora de elaborar un plato de pasta es conveniente tener en cuenta su tamaño y forma, pues hay salsas o preparaciones que se adaptan mejor a estos factores, potenciando su sabor.

A las pastas largas (tallarines, espaguetis, cintas)  le van bien las salsas de tomate o salsas poco especiadas (napolitanas), salteados de marisco (fruti di mare), salsa alioglio (ajo y aceite), carbonara o pesto.
A las pastas tubulares (macarrones, plumas) les van más las salsas tipo boloñesa, carbonara con tocineta, funghi, salteados con beicón o salchichas, con bechamel...
Las formas grandes (conchas, regatones) van bien en potajes como la escudella o salsa con verduras. También rellenas con foie o setas y luego servida con una salsa ligera como guarnición
Para las formas pequeñas (fideos, estrellas) lo mejor es elaborar con ellas sopas o fideuas

Los ricciarelle son una pasta larga y rizada a la que le va muy bien el acompañamiento que  lleva, cuya receta he tomado prestada de una revista.
Por su forma y tamaño, hay pastas que casan mejor si se acompañan con una salsa que se adapte a ellas y potencie su sabor. De este modo: Para las pastas largas (tallarines, espaguetis, cintas): salsa de tomate o apenas especiada (napolitana), salteados de marisco (fruti di mare), salsa alioglio (ajo y aceite), carbonara ligera con nata y huevo ,o salsa pesto. Para las pastas tubulares (macarrones, plumas): opciones más contundentes, como salsa boloñesa, salsa carbonara con tocineta, salsa funghi, salteados con tocineta, bacón o salchichas con salsa de tomate o con bechamel. Para las formas grandes (conchas, regatones): potajes como la escudilla o salsa con verduras. También se pueden rellenar con foie o con setas y luego servir con una sala ligera o como guarnición. Para las formas pequeñas (fideos, estrellas): lo mejor es elaborar con ellas sopas, caldos y fideua.

Ver más en: http://www.20minutos.es/noticia/1753269/0/pasta/mitos/engorda/#xtor=AD-15&xts=467263



INGREDIENTES:
  • 350 gr de Ricciarelle all´uovo 
  • 5 tomates maduros
  • 1 lata de anchoas en aceite (16 aproximadamente)
  • 1/2 lata de aceitunas (las puse rellenas de anchoas)
  • 4 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
  • 2 dientes de ajo
  • 2 ramitas de albahaca fresca (opcional)
  • sal
  • pimienta.




 




 ELABORACIÓN:

Cocemos la pasta en una cacerola con abundante agua y sal.

Mientras se cuece la pasta, lavamos y pelamos los tomates, eliminamos el pedúnculo y los troceamos.
Pelamos el ajo y lo picamos junto con las anchoas (Dejar algunas para decorar el plato)
Calentamos el aceite en una sartén, incorporamos la mezcla anterior y salteamos ligeramente, sin que llegue a dorarse.
Agregamos el tomate, salpimentamos y cocemos a fuego vivo un par de minutos. Reservamos.

Cuando la pasta esté al dente, escurrimos y mezclamos con el tomate. Añadimos las aceitunas y las hojas de albahaca (opcional) troceadas con la mano.

Regamos con un hilo de aceite de oliva virgen extra por encima. 


 




NOTAS:

He empleado este tipo de  pasta porque hace unos meses que  la trajo mi hija de Italia y me apetecía consumirla, pero podéis utilizar cintas, espagueti, tagliatelle, linguine...
Con las prisas de hacer la foto se me olvidó incorporar la albahaca. :( 
Podéis usar unas aceitunas sin relleno. En mi caso, como tenía un bote en la despensa, pensé que le vendrían bien al plato.




22 comentarios:

  1. Hola Carmen, viendo las fotos se me hace la boca agua. Munnnnnnn que pinta.

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  2. Yo limpiaba ahora mismo ese plato de pasta. ¡Qué hambre, por favor! Besos.

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  3. Carmen que cosas tan apetecibles nos pones y que buenas, es que las fotos lo dicen todo.
    Besos

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  4. un acompañamiento perfecto para la pasta esta combinación
    Bss

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  5. Que pintaza¡¡¡ estan que se salen carmen, besos

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  6. q plato de pasta mas rico q nos has traido hoy. se ve maravilloso.

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  7. que rica la pasta ,de esta forma no la he probado, me tiene que gustar por que la pasta me encanta,besitos

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  8. que fotos tan bonitas y que receta tan deliciosa! me ha encantado!

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  9. Um prato de massa bem ao meu gosto
    Esta perfeito
    boa semana
    bjs

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  10. La pasta con esos ingredientes está deliciosa y mucho más ligera que con las salsa habituales. Me encanta tu receta.
    Besos.

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  11. Hola guapa !
    Me parece muy buen acompañamiento y curiosamente asi no los he probado nunca y es que la pasta es tan agradecida , verdad ?......Me encanta como te han quedado,
    Besinos

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  12. Qué fotos tan bonitas, ese plato está diciendo cómeme!
    Besos.

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  13. Carmen cielo, que partido le has sacado a esta rica pasta que te trajo tu hija, con esas anchoas y ese tomatico tienen que estar el plato divino, me ha encantado. Mil besicos tesoro

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  14. Delicioso plato solo con ver las fotos esta invitando a comer besos

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  15. Ummmmhh!! Me encanta, una delicia de plato, on esas anchoitas. Genial!!
    Besos

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  16. una muy buena manera de comer la pasta, que buena así verdad.
    un beso guapa

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  17. Estos son los platos de pasta que a mí me gustan Carmen, sencillos y con sabores muy mediterráneos...
    Besos

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  18. La imagen que nos muestra tu plato de hoy es espectacular! Dan ganas de ir a buscar un tenedor!
    Besos Carmen
    desde http://siempreseraprimavera.blogspot.com

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  19. Hola wuapa! Gracias x tú visita, no conocía tu blog, pero me ha encantado. Unas bonitas imágenes para tan deliciosas recetas. Me quedo para contemplarlas. Un bsot

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  20. Que rico!!! Yo iría a comer todos los días a tu casa, jejeje, con esas manos no hay quien se resista. Me ha gustado mucho este plato de pasta, tendré que probarlo.
    Un beso!!

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